martes, 8 de junio de 2010

Realismo

El realismo pictórico intentó plasmar la realidad tal cual, sin idealizar la belleza de nada. Consiguió su máximo expresión en Francia, en la mitad del siglo XIX.

Acude a una cierta actitud del artista frente la realidad que deseaba representar, mirándolo no como una copia exacta, pero ajustándose a una visión generalizada, imparcial.

Su fuente de inspiración es la realidad, no admite que la belleza de algo sea idealizada o embellecida, se representa la belleza peculiar de todo.

Este movimiento nace de artistas más inquietos que de proceso gradual fueron haciendo obras más objetivas, con otros planteamientos ideológicos.
La pintura académica evidenciara una atención mayor hacia la observación directa de la naturaleza y la realidad del momento.

En esa época habían muchas guerras y revoluciones que fueron plasmadas en las obras, además de la vida de las clases sociales más pobres, no mostrando siempre un hiper-realismo, pero sí la realidad de la situación.

ESCULTURA

Tendrá mucho menor desarrollo que la pintura. La burguesía conservadora, cliente de los artistas, mostrará interés en adornar las ciudades con esculturas monumentales en edificios y jardines, realizadas en materiales nobles (bronce y mármol). También adornará el interior de sus casas con esculturas de pequeño tamaño, no sólo de bronce y mármol sino de terracota y cerámica. Los temas preferidos serán el retrato, generalmente bustos inspirados en los romanos y renacentistas, y los animales, así como los de carácter social.


Constantin Meunier (1831-1904). Muy realista, en sus bronces representa la temática de la clase obrera en el trabajo. Sus figuras están llenas de dignidad en su sufrimiento (El minero, El pocero).

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